Pero lo más destacado son los detalles de la torre del homenaje con las esquinas en sillería, en mejor estado que el resto y donde se pueden apreciar las hileras de ménsulas que soportaban el desaparecido almenado, ajimeces del S. XIII y una ventana de arcos ojivales con una moldura en su parte superior decorada con dos pequeñas gárgolas asimétricas. Gárgolas fantásticas también hay en el exterior, una de ellas con tres figuras y la otra con una figura con sus brazos en el regazo sujetando un objeto (¿un cántaro, un instrumento musical?) y un águila sobre ella agarrando una serpiente. El interior muestra una bóveda ojival bellamente engalanada con pinturas y modillones interiores decorados con cabezas y personajes. En la clave de la bóveda de la torre se encuentra un agnus-dei, figura de oveja o cordero que algunos autores asocian con la simbología templaria.
Existe un pasadizo subterráneo que desde el castillo desciende hasta el río Chico, practicable en unos 30 m. sin necesidad de linterna, para acceder a la aguada en caso de asedio y que se encuentra derrumbada en gran parte. Temenos un detallado estudio de la primera sección de este pasadizo o mina en el trabajo de Francisco Garía Riesco Ucero (Soria). Breve estudio sobre una mina de castillo (Castillos de España, nº120, pp. 43-47). Según este autor se trata de una mina excavada en el suelo, a veces en roca, con adición de una bóveda de cañón ligeramente apuntada realizada con lajas de sillarejo y calicanto, con una altura variable entre 2,13 y 1,5 m. y una anchura más o menos constante de 1,16 m. La pendiente que supera para llegar hasta el río es de unos 60 m. por una empinada ladera.
En resumen, estamos ante un ejemplo de arquitectura como mínimo poco común, que desde luego no nos dejará indiferentes. Sus proporciones y equilibrio, un entorno bellísimo, las elaboradas técnicas de defensa y sobre todo su esbelta torre, hacen del castillo de Ucero uno de los más merecedores a recibir una restauración global antes de que sea demasiado tarde. Los accesos son excelentes y el entorno turístico (cañón del río Lobos y Laguna Negra) muy valioso
Próximo a la villa, de la que hay que destacar la advocación a San Juan Bautista de su parroquial, también podemos encontrar la llamada cueva de La Zorra, que es en realidad una parte rehabilitada (unos 100 mts) del canal romano que llevaba agua a través de un acueducto de 20 kms desde el manantial de Ucero hasta Uxama, y que es fácil visitar.
Por cierto, que las truchas del río Ucero tienen fama internacional. Cómo será que fueron utilizados alevines de este río para repoblar la Real Granja de San Idelfonso. No dejes de probarlas, como han hecho durante siglos los obispos de Osma en su acotado




